Primero, el contexto de la economía venezolana y el sistema de cambio. Es importante explicar que en Venezuela coexisten dos tipos de tasa de cambio: la tasa oficial (establecida por el gobierno) y la tasa paralela (que surge de la oferta y demanda en el mercado informal). Estas tasas presentan una diferencia que actualmente ronda el 20%, lo cual afecta a los comerciantes que deben reponer su inventario a precios actualizados. Además, hay que señalar el impacto de la inflación y la devaluación. Venezuela ha enfrentado una inflación alta y sostenida en los últimos años, y la constante devaluación de la moneda ha afectado el poder adquisitivo y ha complicado la planificación financiera de empresas y consumidores.
En segundo lugar, es clave abordar el impacto en los comerciantes y el coste de reposición. Uno de los principales puntos es el incremento en los costos de reposición. Cuando un comerciante adquiere mercancía a una tasa de cambio más baja y luego debe reponer a una tasa un 20-40% más alta, esto genera un aumento en el coste del producto final. Este fenómeno empuja a los comerciantes a ajustar sus precios para no descapitalizarse, lo cual no es un intento de especulación, sino una estrategia para sostener el negocio. Esto lleva a otro punto, que es la descapitalización y los márgenes de ganancia. Dado que los comerciantes deben reponer el inventario a un costo más alto, su margen de ganancia se reduce si no ajustan los precios. Muchos comerciantes han perdido capital debido a la constante alza en el coste de reposición y las limitaciones para establecer precios competitivos y sostenibles.
En tercer lugar, la percepción ciudadana y la responsabilidad compartida. Desde la perspectiva de los consumidores, los ciudadanos pueden ver estos incrementos en los precios como abuso o especulación. Debido a la falta de información económica transparente, la percepción de la ciudadanía se inclina a culpar a los comerciantes. En cuanto a la posición del gobierno, en varias ocasiones ha atribuido el alza de precios a la especulación de los comerciantes, lo cual ayuda a simplificar el problema para el público, pero no necesariamente aborda las causas estructurales.
En cuarto lugar, la realidad del empresario y el ciclo económico. Los empresarios no solo venden productos, sino que generan empleos, pagan impuestos y asumen riesgos en un entorno volátil. Muchos negocios tienen que tomar decisiones difíciles para equilibrar el precio de venta con los costes operativos y de reposición.
Finalmente, sería importante destacar que ni los comerciantes ni los consumidores son los únicos responsables de la situación. La volatilidad de la economía, junto con las políticas cambiarias y la falta de estabilidad, afectan a ambos grupos. También sería útil señalar la importancia de la transparencia y de políticas estables. Un sistema económico con reglas claras y transparentes beneficia tanto a los ciudadanos como a los comerciantes, creando un entorno en el que los precios puedan ser más predecibles y el poder adquisitivo se mantenga más estable.
2 comentarios
Muy buen artículo, importante la transparencia y honestidad..
Exelente artículo muy real